El aquelarre de la derecha.
El Partido Popular ha decidido convertir la política española en el teatro del absurdo, donde la realidad se disfraza de victimismo. La condena al fiscal general se presenta como un triunfo, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, es elevada al rango de mártir, “perseguida por los poderes del Estado”. El relato es claro: cualquier exigencia institucional, cualquier control, cualquier requerimiento administrativo se convierte en una conspiración contra la derecha. La paradoja roza lo grotesco. La Agencia Tributaria, garante de que todos contribuyamos al sostenimiento de lo común, se convierte en otro enemigo más al dictado de los "oscuros poderes". Si pide documentación, si detecta irregularidades, si abre una paralela, no es porque cumpla su función, sino porque conspira contra el libertinaje de los poderosos. El ciudadano corriente, debería saber que Hacienda no pregunta por ideologías sino por ingresos, por lo que igualmente, deberia observar con estupor cómo se pre...