LA EJEMPLARIDAD NO ES UNA OPCIÓN: ES LA BASE DE LA DEMOCRACIA.
La confianza ciudadana en las instituciones democráticas no se pierde de un día para otro: se erosiona poco a poco. Con cada silencio, con cada sospecha que no recibe respuesta. Y cuando esa desconfianza se instala, no hay relato ni discurso que la repare. Solo los hechos, la transparencia y la ejemplaridad pueden intentar reparar la brecha que, de lo contrario, se agranda siempre en beneficio de la antipolítica y, por lo tanto, de los movimientos antidemocráticos. En El Campello, como cualquier municipio, el Ayuntamiento no es una entidad abstracta: es la casa común; es quien gestiona el dinero público para, a través de los representantes electos, mejorar, en lo posible, la vida cotidiana de la ciudadanía. Por esto, cada representante electo tiene una responsabilidad que va más allá de la gestión: tiene la obligación de comportarse con escrupulosa legalidad, con claridad en sus actos, y con ejemplaridad en su conducta. A cualquier ciudadano se le exige cumplir la ley. A un cargo p...