Murphy


Todos y todas creo que conocemos la famosa ley de Murphy. Aquella que viene a decir, más o menos que si algo puede salir mal, saldrá mal. Pues en esas estamos los y las militantes de la Agrupación socialista de El Campello, que tras la vergüenza de escuchar los audios de la trama de corrupción liderada por el triunvirato Avalos-Cerdan-Koldo, nos desayunamos la misma semana con el  “salto” de quien fuera candidato y portavoz del Grupo municipal socialista en nuestro Ayuntamiento al, eufemísticamente denominado grupo de “no adscritos”.

La Comisión Ejecutiva local ya publicó una nota de prensa exigiéndole al ex portavoz y ex militante, cumplir con el código ético, no sólo del partido, sino el que se exige a cualquier demócrata. También la Comisión provincial le ha dicho al ex militante, que lo decente no es llevarse el acta al limbo institucional, como si la posesión fuese personal ( que lo es, pero no), sino devolvérsela a la organización que le aupó a ese cargo.

La máxima del “todos y todas somos necesarios y necesarias, pero nadie es imprescindible” debe aplicarse en toda su dimensión, empezando por uno mismo, máxime si el período en el que se han desempeñado los cargos de Secretario General y Portavoz han sido los de peor vida orgánica de la organización y peores resultados electorales, en una coyuntura que, al menos en 2019 era propicia para haber recuperado a cientos de votantes y simpatizantes, algo que en nuestro municipio fue todo lo contrario (perdida de votos e irrelevancia institucional, unida a  ausencia de participación, información sobre la situación o debate sobre el posicionamiento político) .Y así hasta su cese como Portavoz.

Hoy, la nueva ejecutiva ha conseguido recuperar una mínima vida orgánica, explicando y dando participación a los y las militantes, algo que en más de seis años no se había producido, motivo por el que muchos y muchas dejaron de militar ( yo entre ellos, haciéndolo directamente en la estructura federal).

Sus argumentos para no entregar el acta son, evidentemente legales (el acta es personal, por ley, pero el partido es quien permite y propicia que una persona la obtenga), pero carecen de la legitimidad necesaria y exigible, así como de la ejemplaridad que se espera de un militante del PSOE (si, ejemplaridad que, pese a los turbulentos tiempos en los que la indignidad de unos pocos nos han situado, en la picota de la corrupción, muchos y muchas siguen demostrando con humildad y honradez en su trabajo cotidiano y en su vida ). No se puede señalar a la actual dirección local sin hacer una mínima autocrítica de la penosa y negativa (tanto en lo político como en lo orgánico, insisto) gestión y el ostracismo político en el que sumió a la Agrupación Socialista. Sinceramente espero y deseo que en lo personal le vaya todo lo bien que cualquiera merece, pero en lo político creo que ha marcado una de las épocas más oscuras y negativas en la organización política más antigua de nuestros municipio, por lo que personalmente deseo que reflexione, si de alguna manera sigue considerándose socialista, que todos y todas tenemos que  dar un paso atrás en algún momento, asumiendo la responsabilidad de lo que hemos hecho, para bien o para mal.

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