¿POR QUÉ SOY REPUBLICANO?
El día
14 de abril algunos conmemoramos la proclamación de la Segunda República
española. Desde el balcón del Ministerio de la Gobernación, Niceto Alcalá
Zamora (ex monarquico y católico) proclamó ante miles de personas el cambio de
régimen político en nuestro país.
Ser
republicano no es ser anti nada ni anti nadie. Simplemente es creer que un
sistema político, o se basa en valores y principios o es simplemente una
herramienta numérica para designar gestores. Y yo no quiero gestores: quiero
representantes ciudadanos.
El
republicanismo, como ideología política, se basa en principios fundamentales
como la soberanía popular, la igualdad ante la ley y la promoción de un
gobierno representativo. Para los y las que sentimos así, ser republicano no
solo es una postura política, sino también una expresión de valores democráticos
y humanistas.
El
republicanismo defiende la idea de que todos los ciudadanos deben tener los
mismos derechos y oportunidades, sin importar su origen o posición social, y es
una respuesta directa al sistema monárquico, por anacrónico con los
principios democráticos.
Ser
republicano es creer firmemente en la
participación activa de los ciudadanos en la política y la toma de decisiones, desde
la corresponsabilidad. Como dijo J.J Rousseau en su obra Del Contrato Social o
Principios de Derecho Político ( Libro I): “Nacido ciudadano de un estado
libre, y miembros del soberano, por débil influencia que pueda tener mi voz en
los asuntos públicos, el derecho de votarlos basta para imponerme el deber de
ilustrarme en ellos”
Como demócrata, acato la bandera roja y amarilla, pero mi apego emocional se corresponde con la tricolor, no por una cuestión “guerracivilista”, sino por lo que esa enseña significó. El apego a la bandera no puede ser meramente instrumental, ni construido sobre relatos mistificados sobre un supuesto y “ahistoricamente” construido glorioso pasado. El apego a una bandera se corresponde con los valores y principios que esa bandera significa. Yo no luzco la tricolor contra nadie. Y lo hago conociendo qué significa y de donde viene, algo que seguramente no muchos y muchas podrán decir.
Las mentiras y la manipulación de la historia sobre la Segunda República Española que practicó el franquismo, propició un olvido casi obligado de éste ilusionante período que la transición y la democracia no supieron o no quisieron recuperar. Creo que a los niños y jóvenes se les debe explicar que en éste país hubo una ilusión de progreso que fué truncada por un criminal golpe de estado de los militares facciosos, apoyados por la oligarquía financiera y la iglesia católica. Que la República, si fué un periodo combulso, también lo fue de ilusión y compromiso de miles de personas con el progreso y la democracia y, que es de recibo, enmendar los errores cometidos y honrar a aquellos y aquellas que dieron su vida en defensa de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
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