VILIPENDIOS

 La suspensión de la sanción punitiva al Alcalde de El Campello por no atender a los requerimientos del tribunal sobre la solución de una infracción urbanística no resuelve los problemas de organización interna que, en mi opinión, sufre la estructura técnico/burocrática municipal. Pero ésto es otra cuestión ( aunque yo la definiría como “la cuestión”). Lo que provoca ésta reflexión es la capacidad que tienen los Alcaldes, sean del signo que sean, para personalizar las polémicas políticas llegando incluso a investirse (en cierto modo al estilo de Luis XIV) como los sujetos centrales en la representación del municipio ( no sólo política y administrativamente).

El cuestionamiento legítimo de cualquier actuación es entendida, a la vez, como un ataque personal que trasciende al cargo e incluso una deslealtad y, por lo tanto, se encuadra en lo que se podría denominar “victimismo colectivo”, y no en el legítimo ejercicio de oposición.

Sobre los “vilipendios” sobre la sanción ( recurrida y aplazada) al Alcalde, si leemos con atención las exigencias de la oposición, lo que se piden son explicaciones, se denuncia falta de transparencia y negligencia, por lo que ¿donde están los vilipendios?. En todo caso lo que existe es una personalización de las denuncias realizadas por la oposición, asumiendo en primera persona que las críticas son a título personal y no por una (no)actuación pública.

La tradicional ( y lógica) defensa de los mandatarios municipales de la estructura técnico/burocrática no va seguida de una revisión de la estructura y los protocolos. Quizá porque ésto supondría aceptar que las demandas tienen razón y ponen sobre la mesa un problema que no se ha sabido o al que no se ha querido poner solución. Y a esto habría que buscarle un porqué, pues si a alguien se deben los representantes públicos, es a los y las ciudadanos y ciudadanas, evidentemente, con lealtad a la institución como herramienta y no como fin.

Si repasamos la hemeroteca, nos encontramos con que, por ejemplo, sobre el Plan General de Urbanismo no se ha actuado desde que los tribunales anulasen el de 2011, o que incluso el socio preferente del actual gobierno de coalición ( Ciudadanos) denunció la situación del departamento de disciplina urbanística por la “rotación” de personal, o la “perdida” de subvenciones públicas para la instalación de las acordadas ( en el Pleno) placas solares en los edificios municipales por la saturación y falta de personal. Creo que podríamos deducir que el problema es más de fondo que de forma.

 En mi opinión no es ni lógico ni saludable que los cargos públicos con responsabilidades públicas se arroguen representatividades que no les corresponden más allá del cargo que ocupan, entendiendo o insinuando que las críticas siempre son desleales, no con su gestión, sino con la institución representada por ellos o ellas. Creo que la crítica debe ser contestada con argumentos, siempre que los haya, o en su caso con rectificación y, por supuesto, con actuación. Resolver las anomalías de fondo que padecen las instituciones y que las sitúan como un problema y no como una herramienta para mejorar, creo que es una prioridad política y democrática. Lo contrario es seguir incidiendo, por acción o negación, en un tipo de desafección que es más peligrosa que la que pueda afectar a los políticos: hacia la institución pública.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Narcisismo y deslealtad política en El Campello

Como tirarse a la piscina sin saber si hay agua.

España, cortijo de señoritos: del autoritarismo cool al neoliberalismo sin alma