Los gobiernos de coalición en El Campello.
El texto que a continuación se expone sobre las coaliciones, parte de un trabajo que realicé cuando cursaba los estudios de Ciencia Política allá por el año 2019. A éste trabajo he añadido el actual gobierno de coalición, como tal, pues a pesar de que se han dado gobiernos en minoría, coaliciones como tal únicamente hemos tenido la de 2003, la de 2011, la de 2015 y la actual.
El enfoque del trabajo partía de la actitud de los actores de la coalición frente a dos variables: la búsqueda de cargos o la búsqueda ( o influencia) de políticas.
El objetivo, siempre humilde, es entender la actitud de los partidos, coaliciones o agrupaciones como actores unitarios en el contexto de las coaliciones locales para poder entender la capacidad de agencia que cada uno ha podido tener en esos gobiernos.
Si repasamos los gobiernos desde la recuperación de la democracia tras la dictadura, nos encontramos con gobiernos en minoría que, con el apoyo externo o incluso con la integración de concejales de otros partidos (transfugas) han salvado el mandato, básicamente por dos cuestiones: la imposibilidad de acordar programas dados los anclajes ideológicos o incluso las diferencias personales. Así, respecto a ésto último, tenemos que en 1995, la oposición ( el partido más votado fue el PP) no fue capaz de lograr un acuerdo programático, y de ésto puedo dar mi versión personal por haberla vivido en primera persona. Esto se produce en 2011, donde la figura de la portavoz del grupo local Decido, pese a estar dispuesta a acordar un gobierno de coalición, es empujada por el resto de actores a una coalición con el PP de corta duración y que fue ( quizá fue este el objetivo de los que se negaron a acordar) el pozo donde se hundió éste partido que surgió y murió en un mandato.
En 2003 se constituye el primer gobierno de coalición ( la suma de PSOE, EUPV y Bloc suma mayoría) con un reparto de carteras pero sin que exista un documento sobre líneas políticas a seguir. Pero el reparto de responsabilidades y salarios no pareció ser suficiente para la ambición de uno de los concejales que formaron parte de la investidura de la Alcaldesa Marita Carratalá, “huyendo” al grupo mixto y propiciando una moción censura para constituir posteriormente una nueva coalición entre el PP y el concejal transfuga. Esto, ocurrió ya en 1996 ( recordar lo que comentaba sobre la imposibilidad de una coalición en 1995) pero sin que existiese una coalición propiamente dicha. Dos concejales del PSOE “huyen” al grupo mixto, frustrando, ahora si, un acuerdo entre las formaciones políticas que, hasta aquél momento, sumaban mayorías. Y, pese a existir en ésta ocasión un amplio documento de intenciones políticas, primaron los rencores y rencillas personales sobre las políticas.
En 2011, como decía, se produce en el tramo final del mandato una coalición por “exclusión” ( recordar que pese a sumar mayoría, las rencillas y desconfianzas primaron para no concretar una coalición que habría, paradógicamente, dado la Alcaldía por primera vez desde las elecciones de 1995 al PSOE). Decido se sumó al gobierno del PP durante un año y medio.
Las elecciones de 2015 volvieron a expresar la pluralidad política local a través de una pluralidad institucional que daba, nuevamente, la mayoría a una suma de partidos progresistas. En esta ocasión si existió un documento de acuerdo ( publicado y firmado públicamente a excepción del PSOE que, no obstante, si participó en la investidura) y un reparto de responsabilidades donde no entró el PSOE hasta 2016, con la salida de EUPV del gobierno.
Las discrepancias surgieron prácticamente desde el principio, pues pese a haber acuerdo sobre las líneas políticas, no lo hubo sobre el reparto inicial de cargos, haciéndose con la Alcaldía el cuarto partido en número de votos ( Compromis) que logró un sub acuerdo interno para arrinconar al PSOE, partido que decidió quedarse fuera, pero dando apoyo al gobierno de coalición. En 2016, las discrepancias políticas llegaron a su extremo, expulsando el binomio que controlaba hasta ese momento la coalición ( Compromis-Podemos-PDC) a EUPV.
El PSOE decide entrar en un gobierno en minoría, pero ya sin que el documento acordado fuera algo más que papel mojado. Señalar que la expulsión de EUPV no suponía el peligro de una moción de censura porque, al igual que en otras ocasiones, la distancia ideológica separaba tanto a los partidos en la oposición que era inviable.
El rendimiento de los gobiernos de coalición ha estado, en mi opinión y a la vista de los altibajos que se han ido produciendo, supeditados a lo personal, fundamentalmente. No obstante, si medimos el rendimiento de los diferentes gobiernos encontramos cierta viabilidad en alguno de ellos, más allá del mantenimiento del poder por la mera aritmética favorable en la composición de los plenos.
La actual coalición de 2019 tampoco estuvo sustentada por un documento político y sí por un reparto de carteras pero solo en dos de los actores de la investidura pues el tercero ( la extrema derecha) prefirió quedarse al margen, obteniendo interesante beneficios por su apoyo a ésta y a otros asuntos puntuales. Quizá el principal partido del gobierno pensó que era más favorable para sus intereses futuros tener a la extrema derecha en la Junta de Gobierno pero sin delegaciones, lo que le limitaría su proyección pública y, por ende, la posibilidad de que esos votos, fugados del PP, pudieran volver en algún momento al partido.
La valoración de la coalición PP-Ciudadanos está por realizar, pero prefiero esperar acontecimientos hasta después de la celebración de las elecciones de la Comunidad de Madrid del 4 de mayo, pues podrían precipitar los acontecimientos.
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