¿SEGUIMOS INVOLUCIONANDO?
Los
datos, a 30 de junio, no son nada positivos. Del 14,1 de desempleo
registrado en 2019, en el mes de junio nos hemos situado en el 18,3.
O lo que es lo mismo: de 1748 personas inscritas en el registro de
desempleados del SERVEF, hemos pasado a 2268 ( fuente: datosmacro.com
y argos.gva.com).
Ante
este panorama, las acciones políticas adoptadas por el Gobierno del
Estado para paliar en lo posible los efectos socio económicos de la
crisis sanitaria habría que añadir las del Plan Municipal aprobado
por el Gobierno municipal bipartito ( lo de bipartito lo he explicado
varias veces y mi aversión a denominar equipo a un gobierno de
coalición de dos partidos, creo que también ha quedado
suficientemente explicada). No conocemos el impacto ni de las medidas
del Gobierno Estatal ni de las del Gobierno municipal, pese a que a
la búsqueda, sólo he encontrado noticias de prensa. La página de
transparencia municipal, en el apartado de ayudas y subvenciones,
sólo figura un decreto sobre un scape room. En el resto de
secciones, tampoco he podido encontrar información sobre el
desarrollo de los acuerdos ( fundamentalmente el desarrollo de la
última modificación de crédito donde se consignaba una cantidad
destinada al apoyo a la ciudadanía afectada por los efectos
económicos de la crisis sanitaria que travesamos).
De
los datos recabados, el porcentaje, como no podría ser de otra
manera, se da en el sector servicios, con un 74,1 por ciento del paro
registrado hasta el 30 de junio.
Personalmente,
me interesan más los datos que las declaraciones; el impacto de los
acuerdos que el marketing político desarrollado a través de los
medios de comunicación, principalmente en ese nuevo ecosistema que
el gobierno municipal “explota” con fruición. Pero la pregunta
recurrente sigue siendo: ¿ cuantos y cuantas parados y paradas ha
provocado la crisis socioeconómica; cuantos autónomos y autónomas
han recurrido a las ayudas; cuantas familias han recurrido a ayudas
de supervivencia, alquiler, energía?. Quiero pensar que cuando el
Gobierno municipal, cuando aprobó su plan de actuación partió de
datos concretos, de cifras que el gobierno analizó, priorizando
actuaciones para conseguir ser eficaces. Espero que las políticas,
más allá de los anuncios, vayan teniendo la incidencia que,
insisto, pero, se previó al diseñarlas.
Las
políticas, al final, son lo sustancial, lo que mejora (o no) la vida
de la gente, y de ahí mi interés en instar a nuestra administración
municipal a evaluar las actuaciones que pone en marcha, insisto: más
allá del marketing institucional y político, información que podrá
ser útil para retroalimentar a seguidores y fans, pero no beneficia
en absoluto al desarrollo de la calidad institucional.
El
hecho de que los “pagos” que ha tenido que hacer la
administración municipal para compensar errores ( parking furs,
piscina, etc) debería ser motivo de una investigación para que las
responsabilidades no se diluyan en eufemismos del tipo de “se pagan
obras hechas” o similar. La administración debe ser transparente,
porque de lo contrario la ciudadanía seguirá avanzando en esa
peligrosa desafección que, aunque pueda ser “beneficiosa” para
el gobierno al relativizar el recuerdo social, perjudica la
democracia local, algo que debería preocupar a nuestros
representantes, más allá de la lógica y legítima preocupación
por ostentar y conservar su cargo representativo.
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