GOBIERNO DE COALICIÓN O EQUIPO.


Evidentemente son, aparentemente, cuestiones menores, pero quizá no tanto si analizamos la realidad política con algo de perspectiva. Si echamos la vista atrás, la retrospectiva electoral nos dice que, mientras uno de los socios(PP) saca provecho a las elecciones locales, el otro (Ciudadanos), sólo mantiene el tipo. Y eso significa que si en éstos momentos se celebrasen elecciones el principal damnificado sería el de menor tamaño. Y por otro lado, tenemos a la tercera pata de la investidura (Vox), pero no del gobierno, que al igual que el socio de menor tamaño de la coalición, “sufrió” para obtener representación pese a los buenos resultados que en otros ámbitos electorales obtuvo, de forma sorprendente, en nuestro municipio.
Tomando como muestra las últimas dos elecciones celebradas en nuestro municipio ( locales y Europeas, celebradas al unísono), vemos que el socio de menor tamaño pierde en las locales ( respecto a las europeas) casi 450 votos. Pero, ¿y el socio mayoritario?. A la inversa: gana más de seiscientos votos en las locales respecto a las Europeas.
La tercera pata de la investidura tuvo en ambas elecciones celebradas el mismo día un resultado casi similar ( 50 votos de difrerencia). El partido de extrema derecha venía de haber obtenido un 12,8 en las elecciones generales de abril, produciendose un claro trasvase de votos en las municipales al PP: pasa de un 19 en abril a un 29 en las municipales de mayo. Pero el PP tambien recibe votos de Ciudadanos en las locales, por lo que el socio de menor tamaño debería centrarse en que la asignación de responsabilidades positiva no sólo recaigan en el socio mayor. Los datos de las elecciones así lo demuestran.
En las elecciones al Congreso de abril Ciudadanos obtiene en nuestro municipio un 21 por ciento y en las locales, un 12. Bien es cierto que en las Europeas celebradas el mismo día el resultado de Ciudadanos es todavía peor: un 9 por ciento. Pero respecto a 2015, año de la emergencia del partido a nivel nacional, Ciudadanos pierde casi un punto y medio.
Mi reticencia a que se denomine a un gobierno de coalición como “equipo” se fundamenta en que, aún existiendo puntos de acuerdo, el concepto equipo ( y más en el ámbito local, donde la figura del Alcalde-Presidente es muy alargada) impide una asignación de responsabilidades basada en una valoración idividual de cada actor participante, lo que beneficia al más “grande” y perjudica al de menor tamaño. Evidentemente hay excepciones, como el gobierno de coalición de 2015, pero el análisis de éste gobierno, al que en su recta final no se le puede calificar más que como una “anomalía”, queda para otro día porque su rendimiento se basó únicamente en un equilibrio favorable de anclajes ideológicos que impidieron la construcción de una alternativa.
En definitiva. Creo que no es justo para la democracia local la denominación de equipo a lo que es la suma de varios partidos, pues sustrae a la ciudadanía un balance justo y ajustado del papel o el rendimiento de cada uno de los actores intervinientes. Personalmente reivindico la diferencia, porque una parte sustancial de la democracia radica ahí, en los contrastes de proyectos, programas e ideas, por lo que la unificación, insisto, quita a la valoración retrospectiva de la ciudadanía posibles elementos de análisis.

Comentaris

Entrades populars d'aquest blog

Narcisismo y deslealtad política en El Campello

Como tirarse a la piscina sin saber si hay agua.

España, cortijo de señoritos: del autoritarismo cool al neoliberalismo sin alma