PACTOS


El diálogo y el acuerdo son consustanciales a la democracia, entendida ésta como la herramienta más adecuada para congeniar temporalmente las diferencias de intereses y preferencias. La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas da algunos datos interesantes que, pese a ser sólo datos, expresan de alguna manera el sentimiento general de una sociedad contraída y que va camino de enfrentarse a la peor situación económica desde la recuperación de la democracia. Por poner algunos sobre la mesa para reflexionar sobre ellos: el 91,4 por ciento de los encuestados está a favor de grandes pactos políticos para afrontar la crisis, pero el 49,5 considera que los políticos ya son un “problema” equiparable al paro ( un 57,4 %). Y, puesto en perspectiva, ambos datos se cruzan, pues quienes deben llegar a esos grandes acuerdos son los políticos en los que "confiamos" cada día menos.
La encuesta recoge igualmente intención de voto, pero pese a las perspectivas que algunos se hacen, (poniendo los datos a favor o en contra de sus intereses) creo que en éste sondeo de opinión las previsiones electorales están fuera de lugar, por lo que me parece irrelevante comentar cualquier cosa relacionada con un hipotético escenario político que pudiera leerse en los datos estadísticos.
Evidentemente, éstos datos se refieren a la política estatal, que es la que en éstos momentos ocupa y preocupa más a la opinión ciudadana, pero se obvia que en un Estado descentralizado como el nuestro, con una administración multinivel, la deseabilidad de los acuerdos debería extenderse a todos los escalones institucionales, incluyendo, como es obvio, lo local.
Y refiriéndonos a esa posibilidad municipal, creo que sería interesante detenernos sobre algunas cuestiones interesantes.
En el Estado, el gobierno de coalición en minoría tiene la necesidad ( y la obligación) de dialogar y acordar si quiere sacar adelante la legislatura y, en el contexto de la actual crisis, llegar a acuerdos de trascendencia y recorrido para España. En el caso local, el gobierno de coalición de PP y Ciudadanos, sólo ha esbozado algunas intenciones, aunque no se sabe muy bien si mantiene los apoyos de la investidura para llevarlos a cabo ( aunque por la actitud que personalmente percibo, creo que sí existe al menos un acuerdo de mantenimiento del actual gobierno, no se muy bien si sobre aspectos políticos o simplemente sobre el estatus quo institucional de cada uno de los socios de investidura).
En virtud del hipotético equilibrio municipal, el gobierno local podría prescindir de la necesidad que tienen tanto el gobierno del Estado como el Autonómico de acordar, imponiendo sin más un programa político a una oposición que, a diferencia de la que se da en el Estado, si propone líneas de acuerdo concretas: revisión presupuestaria y adaptación a la nueva realidad social, líneas de ayudas directas e indirectas a los sectores más precarios, revisión de impuestos y tasas municipales, etc. ¿ Cual es la posición del gobierno?. O más bien: ¿cuales son las posiciones de los socios que forman el gobierno o de los socios de investidura?. La actitud, por ejemplo de Ciudadanos en el Estado es clara: acuerdo sí, con condiciones y con actitud crítica, evidentemente y como no podría ser de otra manera. Pero la del partido de extrema derecha populista es de oposición a acordar nada con los que sigue denominando, en esa retórica frentista y demagógica, “gobierno social comunista”. ¿Condicionará éste socio local cualquier acuerdo con la oposición, donde los “social comunistas” están integrados?. Supongo que se irá viendo. Por lo pronto, ahí está la propuesta de la oposición a falta que el gobierno acepte o no ese proceso de dialogo con el objetivo de acordar políticas para afrontar la crítica situación en la que nuestro municipio se encuentra.
Me gustaría terminar con unas palabras del que fue Vicepresidente económico del primer gobierno de la democracia, el profesor Enrique Sánchez Quintana, que sin ánimo de descontextualizar interesadamente la situación, si creo que pueden aportar al menos una premisa de partida. En el marco de los Pactos de la Moncloa dijo: “los problemas económicos de un país solo pueden superarse mediante el esfuerzo y la colaboración de todos...La situación de la economía española no autoriza a nadie a proponer o prometer soluciones fáciles. Quien lo haga no construye la democracia, practica la demagogia”.


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