NO ES EL FONDO, ES LA FORMA.
En un sistema democrático, no sólo las instituciones públicas, sino las de carácter privado no están exentan de que su funcionamiento se ajuste en el fondo y la forma a los objetivos a través de los instrumentos que garantice los derechos a las personas que participen en ellas. Los partidos, siendo el eje sobre el que pivota nuestro sistema democrático, están obligados constitucionalmente a que su funcionamiento se ajuste a los principios democráticos, algo que se ha ido “minimalizando”con la transformación de los partidos de masas, primero en “partidos atrapalo todo” y progresivamente en partidos de tipo cartel (éste interesante debate terminológico tendrá su momento y oportuidad). Otro término, de esos que parecen jerga pero que tienen un significado importante, es el de “sustituismo”. Para explicarme, recurriré a un ejemplo. Apuntaba León Trostki en su folleto publicado en 1904 titulado “Nuestras tareas políticas”( en un contexto donde Trostki argumentaba contra las tesis ...