SINERGIA ELECTORAL
El
26 de mayo estamos convocados todos y todas los vecinos y vecinas a
la urnas para elegir a nuestros representantes municipales. Pero
previamente, hemos ido a votar a nuestros representantes en el
Congreso y en el Senado y, conjuntamente a votar en las municipales,
elegiremos a los diputados y diputadas que deberán representar al
Estado Español en el parlamento Europeo. Una sucesión de
convocatorias electorales cada una de ellas regidas por unas normas
electorales que, pese a compartidas en parte, difieren en aspectos
como la circunscripción, algo relevante en el contexto del debate
sobre la representación y su calidad, cuestión que podríamos
abordar en otro texto de opinión.
La
coincidencia de los períodos electorales ha suscitado, en mi
opinión, problemas añadidos a esa especie de escala donde se
priorizan niveles institucionales. Las elecciones Generales son
comicios de primer orden y así se ha demostrado con la alta
participación. En cambio, los comicios autonómicos podríamos
decir que son, importantes, pero no tanto. Los datos así lo señalan:
en 2015 la participación en nuestro municipio en las elecciones
autonómicas fue del 64,04% frente al 73,83 de las Generales que se
celebraron ese mismo año. En 2019 la diferencia no fue tanta, pero
sí favorable a las Generales: un 73,47 en las autonómicas y un
74,36 en las Generales.
Y
frente a éstas elecciones de primer orden, y en una especie de
“segunda vuelta”, apenas con un mes de separación celebraremos
las municipales y las Europeas, que por primera vez coinciden,
suscitándose algunas preguntas: ¿la baja participación histórica
de las elecciones Europeas incidirá en la de las municipales?, ¿la
movilización del electorado de las Generales se mantendrá?, ¿en
qué niveles?, ¿se producirá una sinergia en cuanto al apoyo
recibido por las candidaturas al Congreso en las municipales?.
Estas
preguntas podrían ser el inicio de un estudio más profundo sobre
los factores que afectan a la decisión del voto local y su relación
con los que lo hacen en otro tipo de convocatorias, pero no soy, ni
tan ambicioso ni tan presuntuoso como para abordarlo, aunque sí es
cierto que, pese a que existe diversos estudios y trabajos académicos
sobre el voto y sus motivaciones en el ámbito Estatal, en el
contexto local se podría decir que existe un vacío analítico,
quizá debido a esa escala que tácitamente se da a las convocatorias
electorales (de primer o segundo orden). No obstante, creo que puede
ser interesante adentrarse, aunque sea en cierto grado de forma
especulativa, en un análisis genérico de voto prospectivo local
teniendo como referente retrospectivo y posiblemente condicionante
los resultados de las Generales y Autonómicas del mes de abril.
La
primera cuestión es el nivel de la participación. La coincidencia
con unas elecciones que históricamente no han movilizado al
electorado podría incidir en una cierta apatía, aunque la
proximidad de unos comicios con una alta participación podrían
compensar esos datos históricos y beneficiarse de la movilización
electoral de la ciudadanía. De la misma manera podrían beneficiarse
(en cuanto a la participación) las elecciones municipales pero, ¿y
en lo que respecta a los resultados?. En mi opinión, la sinergia de
las elecciones Generales querrá ser aprovechada por algunos partidos
y revertida por otros ( como decía en una especie de “segunda
vuelta” de refrendo o rectificación) aunque la superposición de
procesos puede restar relevancia a lo local frente a la opción
partidaria, dejando en un plano secundario lo verdaderamente
sustancial en unas elecciones locales: los programas y los y las
candidatos y candidatas.
En
las elecciones generales votaremos a listas que en una
circunscripción única, representarán al Estado Español en el
parlamento Europeo; en las municipales votaremos a los y las
representantes que deberán gestionar la cotidianidad, abordar los
problemas que afectan día a día a la ciudadanía local, mejorar la
calidad de vida, etc. Las políticas europeas nos afectarán en gran
medida pero las municipales incidirán en nuestro día a día, por lo
que si se superpone esa sinergia la democracia local sufriría, en mi
opinión, un cierto grado de irrelevancia, de ahí la importancia de
que los partidos electorales locales se esfuercen por exponer sus
propuestas y a sus candidatos y candidatas ante la ciudadanía.
Evidentemente, es inevitable que en las zonas más periféricas el
interés por las candidaturas sea bajo, pero no tendría que ser así
en cuanto a las propuestas políticas pues en ese barrio o zona con
toda seguridad se sufren problemas o se tienen necesidades que deben
buscarse en las propuestas electorales y no en los relatos
partidarios generales.
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