PROGRAMAS ELECTORALES: LOS RECURSOS Y LAS PROPUESTAS (...pueden entrar en conflicto)
El
programa electoral es, pese a todo ( luego me explicaré), la oferta
de soluciones que, sobre unos problemas determinados ofrece el
partido político que se presenta a las elecciones. Los temas del
programa electoral tienen carácter coyuntural: vienen determinado el
contexto político, social y económico de una campaña. Y, pese a
todo, porque en muchas ocasiones el programa electoral es una
repetición de asuntos sin plantear, en mi opinión, algo que es
sustancial: el cómo. Los problemas que una comunidad tiene es
susceptible de diferentes soluciones, y lo lógico en un proceso
competitivo como son unas elecciones, es que esas soluciones
signifiquen posicionamientos. Pero, ¿son importantes los programas,
son un elemento determinante de la decisión de voto, o las marca
electoral lo es en mayor grado?, ¿ o lo es el candidato o la
candidata, o los primeros miembros de la candidatura?. Es muy difícil
dar respuesta a esas preguntas. Como afirmación general podría
decirse que los votantes fieles tienden a tomar su cesión motivados
por el partido; los cambiantes, motivados por el candidato o por el
programa. En cualquier caso, y sobre el programa, decir que éste
debería combinar diferentes elementos: la personalidad del candidato
o candidata ha de estar contextualizada en el posicionamiento
ideológico del partido y al momento coyuntural en el que se
presenta: partido, programa y candidato deberían constituir una sola
cosa, de forma que el candidato o candidata articule bien lo que el
partido ha sido y es y lo que ofrece en ese momento concreto.
Y
en el contexto local, los partidos han presentado con mayor o menor
extensión su programa y sus candidaturas, que gracias al periódico
La Illeta, conocemos en su síntesis, además de conocer a los y las
candidatos y candidatas que encabezan las listas pero que,
recordemos, no tienen porque ser los designados para la Alcaldía
pese a que la costumbre así lo indique.
Analizar
en profundidad el contenido del programa es una tarea compleja. No
por el contenido en si, sino por la normal falta de concreción: el
tono es prometedor, de futuro y abstracto por diferentes motivos,
entre ellos, el carácter contingente que la gestión cotidiana
tiene, aunque como sabiamente dice Antoni Castell, ex Conseller de la
Generalitat Catalana, carecer de un plan condena a la gestión de lo
cotidiano, pero sin referencias, lo que propicia la más que acertada
sensación de ir “a salto de mata”. No obstante, hay algunas
propuestas que merecen una referencia. En concreto la propuesta de
bajada de impuestos (concretamente el IBI) que se plantea de forma
recurrente en los diferentes programas de los diferentes partidos
electorales.
Los
recursos de los entes locales provienen de: Ingresos de derecho
privado, tributos propios, participación en los tributos del estado
y las comunidades autónomas, subvenciones, precios públicos,
operaciones de crédito, multas y sanciones y demás prestaciones de
derecho público. Si recurrimos a la documentación acreditativa de
los ingresos ( liquidación del 2017, aunque la del 2018 ya se ha
realizado) vemos los siguientes datos: Impuestos directos:
17.057.070, Impuestos indirectos: 501.422, Tasas y otros: 4.077.218,
Transferencias corrientes: 6.709.219 e Ingresos Patrimoniales:
301.281. Podemos observar que el grueso de la financiación pública
proviene de los impuestos directos, aquellos que diferentes partidos
quieren reducir ( sin señalar cuanto) pero sin decir de que partidas
o programas tienen intención de reducirlo ( hablar de la
remuneración de los Concejales y Concejalas, de los grupos o del
personal eventual se limita a hablar de unos seiscientos cincuenta
mil euros, que siendo importante, no supone un recurso que solucione
la financiación de grandes programas municipales). Por lo tanto,
hablamos del IBI como principal proveedor de recursos municipales,
estando el tipo actual en el 0,53 y siendo el mínimo el 0,40. ¿Cual
es la bajada que se propone?, ¿se ha cuantificado su impacto en el
presupuesto, y en el recibo de la mayoría de ciudadanos y
ciudadanas?. En mi opinión no, pues en ese caso el listado de
“impulsaremos, potenciaremos, fomentaremos e incluso construiremos”
sería algo más reducido.
Otra
cuestión son los Presupuestos Participativos, y aquí si hay un
campo de trabajo que, desgraciadamente, el gobierno saliente ha
desaprovechado al no ser capaz de presentar unas cuentas municipales
al debate ( no ya a su aprobación, pero al menos para poder
contrastar proyectos políticos...). Aquí, las inversiones, la
aportación a programas concretos debatido previamente en consejos
sectoriales, etc, si son susceptibles de una aportación y debate por
parte de la ciudadanía, pero con el objetivo puesto en la defensa
del interés común, y no en la simple agregación de intereses
sectoriales.
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