DOS CAMPAÑAS, DOS ELECCIONES Y UN OBJETIVO
Los
y las candidatos y candidatas que se presentan a las elecciones
municipales del 26 de mayo están sujetos ( no en todos los casos,
pues hay candidaturas que no tienen más que proyección local) a una
doble exigencia en la campaña local. Dos factores influyen en éstas
exigencias: las elecciones Generales y Autonómicas celebradas hace
menos de un mes y la coincidencia con una campaña estatal para las
elecciones Europeas. No obstante, están obligados a potenciar una
mínima dimensión local.
Los
líderes estatales de los partidos se involucrarán en la campaña a
modo de "segunda vuelta". El resultado, positivo o negativo
que hayan obtenido en las elecciones Generales y Autonómicas tendrá,
o el objetivo de trasladarlo a las locales, o enmendarlo y recuperar
votantes. Esta segunda vuelta, perjudica la dimensión local, y no
solo eso, sino que la coincidencia de las elecciones Europeas puede
desmovilizar a una parte del electorado que considera éstos comicios
de segundo orden.
En
las elecciones de 2009 la participación fué del 48,57 y en 2014,
pese a la emergencia de "nuevos" partidos, sólo de un
44,85. ¿Afectará ésto a la participación en las locales?.
Previsiblemente la participación será mayor, no sólo por la
dimensión local, sino por la proximidad de las elecciones generales
y autonómicas donde se ha dado una participación que podríamos
definir como extraordinaria ( un 74,36 en El Campello).
La
pregunta es, ¿pueden influir los resultados del 28 de mayo en los
del 26 de mayo?. Casi con toda seguridad si, pero no por igual en
todas las mesas electorales. La campaña local solo podría
abstraerse, tanto de los resultados generales como de la campaña
estatal de las Europeas en el caso de unos candidatos con una
personalidad "destacada", y esa consideración deberemos
valorarla tras las elecciones y en función del papel que la figura
del candidato o candidata haya jugado en los diferentes distritos
municipales.
La
sinergia simbólica es inevitable, pero las cuestiones locales
deberían compaginarse para dotar de contenido unas elecciones que,
en mi opinión, redefinirán el mapa político local en cuanto a
políticas públicas pues los retos que existían en 2015 siguen
conformando una apretada agenda política que, en función de la
pluralidad que surja de las urnas, deberá definirse en cuanto a
prioridades, y éstas son las que deberían centrar el debate
electoral, al margen de los simbolísmos que persigan, o la redención
o la confirmación de los resultados electorales que, ahora, nada
tienen que ver con el debate.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada