AHORA, LA ORGANIZACIÓN MUNICIPAL.
Parece
que el actual Alcalde esté abonado a la polémica. La enésima (
porque en los dos meses que restan de legislatura seguro que surgirán
otras) ha sido un complemento retributivo de los empleados públicos
que la ciudadanía desconocía pero sobre el que está teniendo
extensa información.
El
complemento de productividad, según dispone el vigente Estatuto
Básico del Empleado público “tiene
por objeto remunerar el grado de interés, iniciativa o esfuerzo con
que el funcionario desempeña su trabajo, y el resultado o resultados
obtenidos.
Y aquí nos encontramos con la primera contradicción:¿ la
acumulación de tareas o la propia desorganización administrativa
estaría recogida en el enunciado?. Lo cierto es que las cifras son
las que son. Pero para entenderlo mejor, hay que retroceder en el
tiempo hasta 2007. En éste año, el difunto Alcalde Juan Ramón Varó
y su concejal de Personal, Juanjo Berenguer, aprueban por decreto la
concesión fija y periódica de una cantidad destinada a retribuir
las jefaturas de servicio. Y aquí se abre la caja de los truenos: la
sucesión de peticiones es tal que el complemento, tal y como asevera
la intervención municipal en un informe, se “desnaturaliza”,
pero no solo la productividad, sino incluso el acceso mismo a los
puestos de trabajo, vulnerando otra norma: la igualdad, el mérito,
la capacidad y la publicidad.
Previamente,
el ya Alcalde Juanjo Berenguer, redacta un decreto que nunca llega a
cumplirse y que posteriormente se anula en el que, a instancias de la
secretaría municipal y “estando en grave riesgo jurídico” se
anulaba el pago del complemento así como los servicios
extraordinarios. Como decía, este decreto nunca llega a aplicarse.
¿Porqué?. La presión de un incipiente lobbie interno de
trabajadores públicos, ejerce la presión necesaria sobre la
estructura política para que ésto no suceda. Y tras éste lobbie,
se constituyen de facto otros en diferentes departamentos, todos
ellos apoyados por los diferentes sindicatos con representación en
la Junta de Personal, los cuales defienden éste complemento, ya más
competitivo que retributivo, como un “derecho adquirido pese a lo
que dispone el artículo 5 del Real Decreto 861/1996 de 25 de abril
por el que se establece el régimen de retribuciones de los
funcionarios de la administración local, que en su punto 2 dice: la
apreciación de la productividad deberá realizarse en función de
circunstancias objetivas relacionadas directamente con el desempeño
del puesto de trabajo y objetivo asignados al mismo. Y en su punto 3:
En ningún caso las cuantías asignadas por complemento de
productividad durante un periodo de tiempo originarán ningún tipo
de derecho individual.
Y
llegamos hasta la actualidad donde, en mi opinión, lo que sucede es
que el gobierno que asume las riendas del Ayuntamiento sucumbe a dos
cuestiones. La primera, la enorme complejidad de desmontar una
estructura de retribuciones extraordinarias dada la enorme presión
que, como decía, los lobbies de facto ejercen sobre la estructura
política. La segunda, la incomodidad de tomar decisiones que
claramente perturbarían el área de confort administrativo en la que
tan cómodamente se instaló el gobierno.
En
2015, la Sindicatura de Cuentas ya advirtió en su informe anual, en
el punto 2.3, cumplimiento de la normativa aplicable, en el epígrafe
de personal, en el punto b: El complemento de productividad no está
vinculado a un sistema de evaluación de objetivos (artículo 5 del
Real Decreto 861/1986, de 25 de abril).
Y
en éste contexto, ¿cuales son los argumentos sobre los que se mueve
la justificación del actual Alcalde y concejal de personal?.
Vaguedades. Que si la falta de personal “obliga” a un mayor
trabajo, que al no disponer de presupuesto no se han podido crear
plazas ( si repasamos los acuerdos plenarios, ¿no se han creado
plazas?, yo creo que si...) que si la RPT, etc. Y aquí quiero
detenerme.
La
RPT es un mantra sobre el que se mueven los argumentos, cuando una
nueva relación de puestos , como dice explícitamente la ley, no
podría consolidar el complemento de productividad (objetivo tácito
de todos). Y por otro lado, el último informe de intervención
incluido en el último presupuesto municipal aprobado ( y prorrogado)
dice literalmente: El complemento específico total del personal
funcionario de la corporación supera el límite del 75% al que se
refiere el artículo 7 del Real Decreto 861/1986, de 25 de abril, del
régimen de las retribuciones de los funcionarios de la
Administración local, incumpliento, por lo tanto lo previsto en
dicha norma. Entonces, ¿que RPT quieren hacer tanto el Alcalde como
el candidato del PP?, ¿Una relación de Puestos a la baja, donde
ninguna productividad se podría consolidar?. Un problema,
efectivamente, pero cuya solución condiciona la futura organización
de la estructura burocrático administrativa municipal y, por lo
tanto, la calidad del servicio a la ciudadanía.
Creo
que sí, que es necesaria una reorganización de medios y recursos.
Pero previamente éste gobierno, como el que asuma la dirección
administrativa municipal tras las elecciones de mayo de 2019, tiene
que plantearse una pregunta: ¿para quién gobierna?, ¿a quién se
debe?, ¿acaso la estructura administrativa debe estar al margen de
la sociedad para la que existe?. No estaría mal que la primera
decisión del próximo gobierno fuese la de elaborar, paralelamente a
un documento organizativo donde se expresen sus prioridades e cuanto
al servicio a la ciudadanía, un código ético destinado a ser
cumplido de forma estricta en la relación de la administración con
el administrado. Entonces, y solo entonces, quizá la ciudadanía no
vería a la administración local como algo ajeno sino como SU
administración a SU servicio.
Haría falta un gobierno de mayoría absoluta , y con ganas de hacer ese trámite con todas las garantías, bien sea haciendo una auditoría revisando todos los departamentos y el personal de cada uno de ellos, viendo las necesidades de los mismos.
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