PRESUPUESTOS
El Gobierno del Estado,
presidido por Pedro Sánchez, ha tenido la capacidad, pese a la
situación parlamentaria en la que se encuentra, de presentar unas
cuentas públicas con un más que aceptable carácter social. Recalco
lo de aceptable porque soy de los que piensan en la política en
términos posibilistas, sin que eso suponga renunciar a los objetivos
máximos que se puedan tener. Y, además, ha demostrado que la
debilidad parlamentaria de un gobierno se compensa con
responsabilidad, algo que dice mucho en favor de la democracia
consensual en la que, de facto y no se por cuanto tiempo, estamos
instalados pese a nuestro sistema electoral con clara tendencia al
bipartidismo.
Al margen de las
consideraciones que cada cual pueda extraer del torrente informativo
que sobre los Presupuestos del Estado se está publicando, comentando
e incluso manipulando, lo cierto es que personalmente me quedo y
pongo en valor el compromiso institucional del gobierno. Hecho en
falta, si acaso, un mayor contenido de partido: en la firma del
acuerdo con Pablo Iglesias debería haber participado, también, un
miembro de la Ejecutiva del PSOE, al margen de que Pedro Sánchez sea
Secretario General, pues su firma la ha estampado como Presidente. No
obstante, es un pero menor.
Y los atributos que
pongo en valor ( y tengo que decirlo) los echo en falta en otros
gobiernos en una situación institucional similar, como en nuestro
municipio. La capacidad de negociación es lo que diferencia a un
gobierno fuerte de uno débil.
En nuestro municipio, en
un contexto que podría asimilarse al del gobierno del Estado, no se
ha sido capaz de presentar unas cuentas públicas, prefiriendo
aparentemente, seguir trabajando con los presupuestos heredados del
Partido Popular. Y la pregunta es inevitable, ¿porqué?. ¿No ha
existido voluntad de acuerdo en los grupos de la oposición?. Si nos
atenemos a los diferentes acuerdos y coincidencias de voto en el
Pleno municipal, el acuerdo habría sido posible: caso “piscina”,
por ejemplo. Si nos atenemos a la predisposición, el que fuera socio
de investidura ( Esquerra Unida) a instado en diferentes ocasiones a
la negociación, así como Ciudadanos ( con los que también se contó
en el acuerdo sobre la piscina municipal), ¿entonces?.
Personalmente, y al carecer de datos que puedan sustentar una
explicación causal mínimamente racional, creo que hay que recurrir
a la psicología política: al comportamiento de las personas, a sus
preferencias personales, a su carácter, pues de otra manera, esa
explicación no es posible.
Evidentemente se pueden
defender determinadas implementaciones presupuestarias que en la
presente legislatura se han realizado, por ejemplo en el área de
bienestar social, en cuanto al transporte urbano, etc pero, teniendo
un superavit tan importante, lo incomprensible es que no haya salido
adelante un acuerdo mínimo sobre inversiones financieramente
sostenibles. Y ésto, que puede justificarse como se quiera, dice muy
poco, no solo de la iniciativa de los miembros del gobierno, sino de
su cultura política condicionada por esa psicología de la que antes
hablaba.
Un gobierno, como decía,
en un contexto de dispersión electoral y, por consiguiente,
pluralidad representativa, debe asumir el dialogo no solo a nivel
discursivo, sino como una práctica diaria. Y no un dialogo
condicionado por el estatus de cada cual, sino un diálogo entre
iguales y horizontal, donde la razón del adversario también cuente,
porque al fin y a la postre la representación política es legítima
en todos y cada uno, aunque las responsabilidades sean diferentes.
Y si hablamos de la
oposición, un grupo político no sólo debe instar a que el gobierno
cumpla con su obligación y presente unas cuentas a debate: una
oposición constructiva debería haber presentado una moción para la
creación de una comisión presupuestaria urgente, donde la luz y los
taquígrafos hubieran enfocado a cada actor y sus posiciones. De esta
manera, a parte de los discursos legitimamente estrategicos de cada
cual, la ciudadanía podría tener argumentos para valorar, más allá
de la propaganda, quién es quién es nuestra actual política
municipal.
Con el debe de no haber
presentado unas cuentas municipal a sus espaldas, complicado
escenario se les presenta a los diferentes grupos que componen el
gobierno de coalición para explicar, o para justificar su acción de
gobierno más allá de los intentos de sumar actos en una larga lista
para aparentar un proyecto compartido.
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