SIN ÁNIMO DE OFENDER
Dos
comentarios realizados en el perfil oficial del Ayuntamiento de El
Campello me han llamado poderosamente la atención. Uno, porque se me
hizo personalmente, y el otro, porque se ha realizado a una vecina a
propósito de una reclamación hecha por ésta online y presencial.
En
el marco de la sociedad de la información, las nuevas tecnologías
ocupan un lugar preeminente, para bien, pero también para mal.
Evidentemente comparar la estrategia comunicativa en redes sociales
de una institución pública y una privada no debería poder ponerse
en un mismo plano. ¿Seguro?. No lo tengo yo tan claro.
He
reiterado en diferentes ocasiones que la estrategia en red es un
elemento clave en la sociedad en la que vivimos. Y lo es, como decía,
tanto de forma positiva como de forma negativa. En mi humilde página
de vitácora https://pasionporlapoliticamunicipal.blogspot.com/ vengo
señalando, desde diferentes perspectivas, la necesidad de atender
adecuadamente esta nueva dimensión comunicativa. Las razones son
obvias y ya las he mencionado, y aun a riesgo de parecer pesado, las
reiteraré: la sociedad ha cambiado y con ellas las diferentes formas
de relacionarse, comunicarse, informarse pero también de participar,
opinar, etc. Ahora, la sociedad que antes se informaba de forma
vertical, lo hace de una forma menos jerarquizada y horizontal. No
ver eso, es no ver más allá de unas narices ancladas en las viejas
y verticales formas de comunicarse e inter relacionarse: la sociedad
se autoorganiza al margen de las estructuras institucionales, y los
datos están ahí para quien quiera verlos ( en el artículo Nuevas
Herramientas 2 hago un repaso sobre ellos).
En
el contexto de una relación ciudadanía-institución marcada por una
estabilidad “inestable” al respecto del gobierno municipal, éste
debería cuidar muy mucho de cómo se comunica, pues la difusión de
ésta puede suponer un debe más que un haber en cuanto a la propia
imagen de la administración local. Por ello, frases del tipo: “
espero que no le moleste que no le moleste de que se informe cuando
los servicios públicos vuelven a su funcionamiento normal”, o “
no le vamos a permitir que falte a la verdad”, no son formas de
interactuar con la ciudadanía, pues dos comentarios de éste tipo
tienen más repercusión que cincuenta positivos.
Creo,
insisto: como vengo repitiendo en diferentes foros y ocasiones, que
el actual gobierno, en particular, y la corporación municipal, en
general, debe revisar sus posiciones respecto a los nuevos vehículos
de información, pues la rápidez y agilidad no es solo para hacer
llegar sus eslóganes, sino para, a ser posible, deliberar con la
ciudadanía. De éste modo, quizá (quizá) se pueda avanzar en la
construcción de un entorno lo suficientemente positivo como para
hablar de participación más allá del lógico conflicto de
intereses y, sobre todo, más allá de posiciones jerárquicas que
poco tienen que ver con lo que la sociedad practica. Insisto, para
bien y para mal, las redes sociales han venido para quedarse, y la
política no puede ponerse también de perfil en éste asunto, pues
si es así, la sociedad, huérfana de información veraz y directa la
buscará en otros foros, y éstos otros foros puede que no sean los
que más convienen a un proyecto colectivo y si a una mera agregación
de individuos con intereses divergentes a los que el concepto
“pueblo” solo les suene a término municipal.
Y
termino. Como decía, sin ánimo de ofender, espero que al menos se
reflexione sobre el entorno digital en el que se vive, pues no es
propio de una administración moderna ignorar lo que pasa en la
sociedad para la que existe.
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