El primer punto del programa: ¿Qué administración?
Más pronto que tarde
veremos y escucharemos a los representantes políticos y a los
candidatos y candidatas glosar la relación de propuestas que tienen
para afrontar los diferentes problemas que nuestro municipio tiene.
Evidentemente esas propuestas van a ser juzgadas en función de la
experiencia de cada cual respecto a la legislatura que finaliza, por
lo que la necesidad es elaborar un cuadro comparativo donde podamos
colocar, por un lado, lo que se dijo en la campaña de 2015 por las
diferentes candidaturas, por otro, lo que han hecho o no a lo largo
de la presente legislatura, y finalmente, lo que se propone para los
próximos cuatro años.
En cuanto a los partidos
que integran el gobierno en minoría, habrá que añadir una columna:
el papel de cada cual en el gobierno de coalición, aunque ésto
supone un difícil ejercicio cuando es comunicativamente evidente que
algunos de los actores han sido fagocitados por la figura del “equipo
de gobierno”, perdiendo el propio carácter representativo en
beneficio no se sabe de qué o de quién..
Bien, pero al margen de
ésta consideración inicial, tendremos frente a nosotros los
programas de los partidos políticos y a parte de fijarnos en las
caras de los y las candidatas; a parte de leer la valoración que
indudablemente van a realizar de su papel en la legislatura que
acaba, deberíamos fijarnos en qué se propone, en su encaje en una
presunta agenda local, en su viabilidad y en el compendio de valores
que representen.
Desde mi humilde punto
de vista, en el programa debería figurar en el primer punto una
valoración del tipo de administración que tenemos y del modelo
propuesto. ¿Porqué?. Sencillamente porque esa administración es la
herramienta a través de la que se desarrollarán las políticas
públicas propuestas, y porque esa estructura-herramienta supone más
del cuarenta por ciento del presupuesto municipal.
Los eufemismos de,
“potenciaremos, impulsaremos o fomentaremos” no concretarán las
ideas que se pretenden desarrollar, pues el objetivo de ese “no
compromiso” es tener una cierta libertad de los dirigentes
políticos para poder actuar en función del contexto. Pero como bien
dice, y ya he mencionado en alguna ocasión Antoni Castell, ex
Conseller de la Generalitat de Catalunya por el PSC: tener un
proyecto ayuda mucho a gestionar lo cotidiano, pues carecer de éste
condena a gestionar sólo lo cotidiano.
Creo que el primer punto
del programa debería referirse a cómo está la “herramienta” y
qué queremos conseguir de ella. Me refiero a la maquinaria
burocrática, evidentemente.
¿Que características
tiene nuestra administración local?, ¿Cuales son los rasgos que la
definen?. En principio habría que plantearse éstas y otras
cuestiones del tipo de: ¿Cual es la organización que tiene, qué
departamentos queremos que funcionen mejor, tengo el suficiente
personal, sobra personal, en qué departamentos?, ¿Cual es el nivel
de seguridad jurídica de nuestro Ayuntamiento ( vistos las
diferentes indemnizaciones por decisiones políticas)?.
He buscado en los
diferentes programas electorales y, desgraciadamente no he encontrado
nada excepto retórica del tipo: elaborar un plan estratégico de
gestión, aprobar una Relación de Puestos, y poco más?. En mi
opinión eso denota una grave deficiencia de inicio: no se conoce la
administración local y, por consiguiente, no se tienen propuestas
para que realmente esté al servicio de la ciudadanía, y no al
revés, como en mi opinión sucede en la actualidad.
Hablar de un plan
estratégico sin definir el que, el para qué o el cómo, lo
convierte en un mero eufemismo. Al igual que hablar de una Relación
de Puestos sin explicar qué se quiere de éste instrumento
organizativo. Algunos incluyen la apostilla “anual”, cuando si o
si en los presupuestos anuales se incluye necesariamente una Relación
de Puestos. Pero, ¿y qué más?
¿De dónde venimos, a
donde vamos?. Si esa pregunta no plantea una reflexión en la clase
política, más allá del recurso de la Relación de Puestos, el
panorama es desolador.
En un próximo artículo
de opinión me centraré en dar, desde mi punto de vista, respuesta a
alguna de las preguntas que he dejado sobre la mesa, de tipo de: de
donde venimos, que características tiene nuestra administración,
que rasgos la definen y, por lo tanto, cuales son los problemas que
condicionan que ésta no sea un instrumento eficiente ni eficaz para
hacer política.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada