UNA OPCIÓN IDEOLÓGICA: TECNOCRACIA.
¿Por qué los políticos deben abstraerse de los procesos de contratación? Se vierte, de alguna manera, un velo de sospecha, no sobre la capacidad sino sobre la ecuanimidad de las decisiones en materia de contratación, una sospecha sobre los intereses que los representantes públicos puedan o no tener más allá de sus compromisos políticos o ideológicos. Uno de los argumentos es que el aparato técnico está habituado a evaluar y emitir informes, valorar ofertas, controlar el apartado económico-administrativos de los contratos y a determinar otros pormenores de las adjudicaciones. Pero al hilo de ésta argumentación surgen preguntas de necesaria contestación. ¿Quién tiene la legitimidad democrática para tomar decisiones?, ¿el aparato técnico no tienen ideología?. Y siendo así, ¿no condiciona la ideología las alternativas posibles elegidas (dentro de la viabilidad y la legalidad)? Max Weber señaló: el burócrata, debido a su neutralidad y al ejercicio de su cargo, era un aport...